Para alguien especial, de esas que son pocas.
Caminaré cada día para encontrarte, sabiendo que no estarás para mí, trascenderá media era en mi pecho, mi espalda será el reposo de las penas, como un errante, caminaré ese sendero, de entenderme y morirme, para nacer. Me acordaré en esos días, de tu rostro, que acompaño por días mi pensamiento, trataré enredarme en tu cabello, quedando preso, sin despertarme, ese sueño tonto, será el que me mantenga dormido, será mi manera de olvidarte, al día siguiente, volveré a recordarte.
Un segundo a tu lado, serán como cincuenta años de espera, bastarán para mi sangre, para mis venas, para mi fuerza, bastarán para ti, bastarán para lo que necesito. Verte, será como ver a Dios, con mi ceguera, sabré que eres tú, sentiré tu olor, no me perderé esa vez, lo conozco, esta en mí, no se irá, tu olor será el camino para encontrarte, olor a mujer sincera, será mi guía.
Conoceré tu sonrisa, en mi bolsa estará un poco de tu alegría, me sonrojaré al verte feliz, ese encuentro será en el cielo, caeremos al mar, como lluvia, fría, pero tierna, caeremos como la guerra, como el odio, moriremos como muere la envidia, tu amor ajeno será el que me guíe por el viento hacia donde vaya. Volaremos juntos, yo en tu pecho, tu en el mío, como amantes, como amigos, como nada, como almas, como aves, no importa, importa que volaremos.
Podré encontrarte, sin mapas, sin que me dejes señas, sin que sientas que te sigo, sin que sientas que te espero, sin que sientas que te quiero, sin que nada sea posible. Mis oídos, escucharán tus latidos, como que hacen el amor, como que finges dolor, como que estás ahí, donde te escondes, donde se que estás, donde me esperas y no lo sabes, donde nos encontraremos, para decirnos adiós, para nunca volvernos a ver, para no llorar.
No habrán lágrimas, ni llanto, solo tortura, solo dolor insípido, ya no sentiré, tu no sentirás, será gris, tormentoso, pero al final, reiremos, por encontrarnos, será el tiempo necesario, lo justo, el que me pertenece, el que me robaré, será mío, un segundo después de cincuenta años, un aliento, una vida pasada, un dolor con su alegría, como el que vuelve, como el que revive, como el que no está, como el que fue.
Golpearé tu pecho, diré que no mientas, que no duermas, que despiertes, que me hables, diré que no es justo, que te miro, que te siento, que eres tú, que no finjas, pediré al cielo por ti, moveré mi espíritu, dejaré mi alma, guardaré los rencores, fingiré que me escondo, no será tarde, pensaré en tu voz, después de este tiempo, me envolveré en mis años, en los tuyos, serás viejecita, pero no importa, porque serás la de antes, la que conocí.
Del tiempo necesario, tomare lo justo, será un segundo, y ya no más…